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martes, 21 de julio de 2020

Prueba: Skoda Spaceback 1.6 TDi 115 CV



 Prueba realizada en 2016

El Skoda Spaceback es la versión compacta del Skoda Rapid y parece repartirse con éste el mercado. Los profesionales del taxi son buenos clientes del Rapid y los particulares demandan más el Spaceback. Entre esta clientela ha calado más el SEAT Toledo a la hora de elegir un modelo 3 volúmenes aunque también es demandado en buen número por parte de los taxistas.




El Spaceback se podría decir que se ha quedado de alguna forma atrapado en el concepto de compacto de la segunda mitad de los noventa. Medidas contenidas, sobre todo en anchura, y un grueso de las ventas contenidas en los motores de entre 90 y 110 CV. En resumen un, compacto razonable.

Interior y Equipamiento del Skoda Spaceback


En éste y en los demás apartados vamos a recalcar las diferencias que pueda haber entre el Spaceback y el Skoda Rapid que probamos en su día.

La habitabilidad es exactamente la misma, buen espacio delante y detrás, sobre todo si tenemos en cuenta la anchura exterior del coche (1,70 m). La altura trasera sí resulta algo mejor en el compacto por la menor caída del techo. Lógicamente el maletero sí se ve muy afectado con esta configuración y aunque cuenta con unos buenos 415 litros de capacidad y formas muy regulares se queda muy lejos de los 550 litros del Rapid. Sin sorpresas en este apartado.



Los asientos son suficientes sin más y se echa en falta algo más de apoyo lumbar. El reglaje del respaldo es por puntos y no milimétrico como en otros modelos Skoda, como el supuestamente inferior Fabia.



Nuestra unidad tenía el nivel de equipamiento más alto, el Style. Contiene entre otros elementos seis airbags, control de crucero, faros antiniebla, ordenador de viaje, climatizador, elevalunas eléctricos traseros, función Star&Stop, guantera refrigerada y conexión USB. Aparte, como equipamiento opcional, nuestra unidad llevaba llantas de aleación de 17”, arranque sin llave y navegador entre otras cosas.

Motor, prestaciones y consumo


El propulsor del Spaceback es un 1.6 litros turbodiesel que rinde 115 CV a 3.500 rpm y 250 Nm de par entre 1.500 y 3.000 rpm. Se trata de una actualización del anterior de 105 CV y al igual que aquel es de tacto suave y poco ruidoso. Las emisiones de CO2 se han visto reducidas a 109 gr/km, pese al aumento de potencia.



La caja de cambios es de cinco velocidades y sus desarrollos son largos pero no exagerados, con un desarrollo básico en quinta de 52,9 km/h a las 1.000 rpm. Esto favorece el consumo a velocidad constante, como se ve en el consumo medio oficial de tan solo 4,2 litros a los 100 km.  Pero nuestra prueba de consumo real siempre pone las cosas en su justo término, quedando la media en 5,9 litros. Buena cifra pero como casi siempre alejada de la oficial. Por cierto que pese a ser casi 20 cm más corto que el Rapid resulta casi igual de pesado con sus 1.287 kg. La velocidad máxima es de 198 km/h y la aceleración hasta 100 km/h es de  9,9 segundos.

Prueba dinámica del Skoda Spaceback


Pocas diferencias hemos detectado en este apartado respecto al Rapid. Una de ellas son a consecuencia de las llantas opcionales (de 17 pulgadas) de nuestra unidad. Las ruedas son igual de anchas pero con más llanta y menos perfil. Así que, aunque el Spaceback nos ha parecido algo más suave de suspensiones que el Rapid, a la postre resulta igual de seco en irregularidades de la vía.



En el comportamiento también hay pequeñas diferencias, el Spaceback tiene menos voladizo posterior lo que permite a la marca dejar cierta capacidad de deslizamiento a la zaga sin temor a que se descontrole. El agarre disponible es elevado por la medida del neumático (215/40-17) pero la transición de tener agarre a subvirar es de pocos km/h, puesto que el tren delantero se rinde antes que las ruedas. Es por esto por lo que creo que el Spaceback es más blandito que el Rapid, puesto que el tren delantero del segundo aguantaba más con un neumático de más perfil (215/45-16) y un eje trasero monolítico.

La visibilidad es todavía mejor que en la berlina gracias a la tercera ventanilla lateral que le da una visión en tres cuartos trasero muy destacable. Los faros de Xenón de nuestra unidad no daban una iluminación muy destacable en cruce siendo algo mejor comparativamente con luces de carretera. La frenada es muy dosificable gracias al buen tacto del pedal y si frenamos bruscamente mantiene bien la compostura.



Del motor se pueden decir buenas cosas, es más consistente a bajo régimen que el de 105 CV y sin embargo no pierde capacidad de estirar con fuerza hasta las 4.000 vueltas. Todo esto con un efecto turbo muy minimizado lo que induce a sentirlo como un motor sin carácter y esto hay gente que no le gusta demasiado.

La opinión del probador


El mayor enemigo del Skoda Spaceback aquí probado es su precio. Aunque los 18.800 euros con descuentos (22.570 sin ellos) van acompañados de un buen equipamiento no es una cantidad por la que no podamos acceder a un compacto tipo Peugeot 308 o SEAT León con un motor similar. Perderemos equipamiento pero ganaremos calidad percibida y comportamiento rutero. Como siempre digo cuando pruebo este tipo de coches, son más recomendables las versiones de menos equipamiento que sí tienen precios rompedores.



Aparte de esto es un coche con una estética agraciada (sobre todo respecto al Rapid) y una medida de anchura exterior que no te hará creer que tu plaza de garaje se ha reducido con el paso de los años. Con todo. me parece que Skoda ha metido al competidor en casa con el nuevo Skoda Fabia.