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domingo, 6 de octubre de 2019

Prueba: Dacia Logan 1.5 DCi 2013

Prueba realizada en 2013.

Aunque Dacia parece haber abandonado comercialmente al Logan, sigue siendo una buena alternativa low-cost para quien busca un automóvil de tamaño mediano con un buen maletero, espacio para cinco ocupantes y un buen motor.

El Dacia Logan nunca tuvo el beneplácito de los usuarios de forma masiva (como sí tiene el Sandero) así que la marca se ha decidido a mantenerlo en el mercado pero sólo con un acabado (Ambiance) y dos motores: 1.2 16 v (gasolina y GLP) y 1.5 DCi (75 y 90 CV). Recibió un lavado de cara a últimos de 2012 haciéndolo más actual y menos sobrio, aunque su estética sigue siendo muy conservadora.

Interior y equipamiento del Dacia Logan 1.5 DCi 90 Ambiance

El Logan Ambiance no viene mal equipado de serie. Tiene 6 airbags, ABS, ESP, control de tracción, elevalunas eléctricos delanteros, mandos de la radio tras el volante y aire acondicionado como elementos más destacados. El precio es de 10.950 euros sin tener en cuenta posibles descuentos en los concesionarios.

Las plazas delanteras son amplias tanto en anchura como en altura, los asientos no tienen demasiada sujeción lateral y casi nulo apoyo lumbar pero sí cuentan con la regulación milimétrica del respaldo (algo que cada vez más marcas se ahorran). Las plazas traseras tienen anchura suficiente para 2 adultos y otra persona más menuda aunque el espacio para las piernas es ajustado. El diseño del salpicadero es agradable pero algunos mandos, en especial los de los elevalunas, no están muy bien situados (en la parte baja de la consola central). Otra cosa es el aspecto de los materiales y de algunos mandos, que parece algo pobre.

Tiene algunos detalles de acabado bastante cicateros como la falta de revestimiento en el interior del maletero, el cable del testigo del cinturón de seguridad colgando por fuera del seguro, la falta de tapa de la tuerca que fija el cinturón de seguridad o los raíles del asiento delantero sin ningún tipo de material que los tape o disimule. Todo depende de lo que le exijamos a un coche de este precio pero parecen detalles dejados a propósito para marcar diferencias con otros modelos más caros (Renault). Sin embargo, como detalle curioso, tiene amortiguador para sujetar el capó delantero.

El cuadro de instrumentos no tiene reloj de temperatura del agua ni ordenador de viaje, ausencias no muy justificables, sobre todo la del primer elemento. La capacidad del maletero es de 510 litros, pero la boca de carga es algo pequeña y se hace difícil introducir bultos algo voluminosos (un carro de bebé por ejemplo) además la apertura no cuenta ni siquiera con una hendidura donde meter la mano para poder levantar la tapa. Como en el Sandero, el respaldo del asiento trasero es abatible por partes (40:60).

Motor, prestaciones y consumo del Dacia Logan 1.5 DCi 90

El motor de este Dacia es el sobradamente conocido 1.5 DCi en su última versión de 90 CV. Este diésel cubica 1.461 cc, rinde los 90 CV a 3.750 rpm y un par de 220 Nm a 1.750 rpm. Es el motor ideal para este coche, puesto que se ofrece a ser cargado con bastante equipaje gracias a su voluminoso maletero y el de 75 CV se podría quedar algo corto. El consumo medio oficial es de 3,8 litros a los 100 km y mantiene las emisiones de CO2 en 99 gr/km. En nuestra prueba de consumo real se quedó en 5,4 litros a los 100 km.
La velocidad máxima es de 173 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 12.1 segundos con un peso de 1.059 kg. Las dimensiones son: 4.34 metros de largo, 1.73 metros de ancho y 1.51 metros de alto. Como se puede ver es más alto que la mayoría de los turismos de su tamaño.
El cambio es manual de 5 velocidades tiene un tacto chicloso pero resulta algo duro a la hora de engranar la marcha elegida. Los desarrollos del cambio son muy largos aunque gracias al buen hacer del motor y su relativo bajo peso, el Logan se mueve muy dignamente pero no es capaz de enmascarar cierta pereza en una 5ª marcha desproporcionada con un desarrollo de 54.4 km/h a las 1.000 rpm.

Prueba dinámica del Dacia Logan 1.5 DCi 90

Evidentemente el Logan no es un vehículo al que le entusiasmen las curvas ni la conducción deportiva, la razonable monta de neumáticos (185/65-15) y la suavidad de las suspensiones así lo corroboran. A cambio es un coche bastante cómodo, se traga bien los baches y guardias tumbados de nuestras calles y tampoco tienes la sensación de ir montado en una barca. En autopista es capaz de mantener cruceros muy por encima de lo que permiten los radares, aunque la confianza del conductor se puede ver mermada por lo filtrada que está la dirección asistida y, sobre todo, por la alta sensibilidad al viento lateral, que no resulta peligrosa pero sí algo incomoda.

Si queremos sacar al Logan de contexto e ir rápido con él en zonas de curvas entonces no tardaremos en notar sus límites. Rápidamente se acuesta en el eje delantero e intenta mantener la trasera en su sitio sin concederle al conductor ningún tipo de emoción fuerte. Es mejor dedicarse a disfrutar del paisaje y del bajo consumo que nos brinda en conducción tranquila, después de todo es para lo que está ideado este Dacia.
La dirección es curiosa ya que va algo suelta en carretera pero es un poco dura a la hora de maniobrar. La iluminación con las luces de cruce es algo escasa, pero las de carretera son más satisfactorias y emiten un potente haz de luz. Los frenos montan un equipo muy básico con discos ventilados delante y unos sencillos tambores detrás, solución esta que empiezan a equipar coches bastante más caros. Su tacto es correcto y fácil de dosificar, pero les falta algo de mordiente al inicio de la frenada o en frenadas suaves.
La sonoridad del motor no es muy alta a pesar de la poca insonorización del vano motor, aunque en fase de aceleración suena más de lo deseable. En general en carretera se percibe más ruido de rodadura y aerodinámico que del motor. La postura de conducción es correcta pero más propia de un monovolumen o de una furgoneta pequeña que de un turismo, ya que vamos situados algo altos.

Llegamos al motor, que para mí es lo mejor del coche con diferencia. Es bastante silencioso y cunde mucho para los 90 CV que en teoría rinde. En ciudad se mueve con mucha agilidad gracias a sus buenos bajos y en carretera abierta sobrelleva mejor de lo esperado el gran desarrollo de la 5ª marcha. Al menos hasta que vienen los desniveles de cierta intensidad, en los que no puede aspirar más que a mantener un digno crucero de 120-130 km/h, siempre que no echemos mano de la marcha inferior. Responde perfectamente desde 1.300 rpm hasta las 3.500 rpm, a partir de ese momento empieza a pedir una marcha más.

Hay que destacar que pese a su recortado precio el Dacia Logan posee una función ECO que rebaja las cifras de potencia y par del motor DCi en aras de conseguir consumos todavía mas bajos, pero resulta incómoda de usar en zonas de orografía accidentada puesto que el presunto ahorro se diluiría en recurrir a marchas más cortas debido a la falta de potencia del motor en esas situaciones.

La opinión del probador

El Logan me ha parecido un vehículo muy interesante en función de su recortado precio, pero desgraciadamente su estética y el resto de la gama Dacia juega mucho en su contra ya que siempre encontramos un modelo de la marca más agraciado estéticamente que cubre nuestras necesidades de uso. Tiene detalles de acabado que pueden echar para atrás y alguna laguna de equipamiento (reloj de temperatura y ordenador de a bordo), pero en general es un coche que no te engaña, es barato, tiene un motor de buen rendimiento y bajo consumo, posee un gran maletero, su equipamiento de seguridad es suficiente y además resulta cómodo en carretera. Resumiendo es un coche low-cost y si queremos pedirle otra cosa es mejor que cambiemos de ubicación en el concesionario Renault y pasemos a ver un Renault Clio Grand Tour por ejemplo.