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miércoles, 13 de abril de 2022

Prueba: Renault 11 GTL de 1988

 

 


El Renault 11 fue una apuesta ganadora de la marca para el segmento de los compactos (cuyo tamaño hoy sería el de los urbanos). Con él se colocó en cabeza de las listas de ventas en España durante unos cuantos años.

El segmento de los compactos no tenía una historia muy larga cuando se puso a la venta el R-11 en 1983. Se suele decir que lo inauguró el Fiat Ritmo, pero se suele olvidar al Simca 1100 (1200 en España) como precursor del mismo. Para Renault era su segundo representante en dicho segmento, ya que el Renault 14 formó parte de él desde sus inicios.

Nuestro protagonista se fabricó en países como Francia, España, Argentina o Turquía entre otros. Llegó a más de 900.000 unidades vendidas (junto al Renault 9) en los 7 años que estuvo a la venta.

Interior y equipamiento

El Renault 11 tiene un interior agradable, cómodo y está bien rematado para tratarse de un vehículo de los años 80. A diferencia de algunos contemporáneos no deja a la vista superficie de chapa. Los asientos resultan algo blandos y cómodos en trayectos cortos pero no tanto en los largos ya que se acaba cargando la zona lumbar. Se pueden regular en longitud e inclinación, pero además tiene un curioso sistema para hacerlos bascular lo que ayuda a conseguir la mejor postura de conducción posible teniendo en cuenta que el volante no se puede regular. Para alguien de mi altura (1,89 m) se echa en falta algo más de espacio para las piernas pero el resto de cotas (anchura y altura) son correctas en función de las cotas exteriores

Los mandos principales quedan muy a mano del conductor pero otros botones como el ‘warning’ o el limpialuneta trasero no resultan cómodos de actuar. En general casi todos los mandos tienen un tacto duro y algo tosco, pero la verdad es que todos funcionan después de más de 30 años de uso. La palanca de cambios no es un prodigio de suavidad pero tiene una precisión suficiente aunque el engranaje de la segunda velocidad sea algo problemática de insertar en frio.

El equipamiento es sucinto incluso para la época del modelo, hay que tener en cuenta que el GTL es el segundo nivel de equipamiento por debajo solo tenía el GTC, lo cual ya es una señal del nivel de equipamiento de éste último. El GTL tiene cuentavueltas, limpialuneta trasero, asientos delanteros reclinables y basculantes, asiento posterior abatible (no por partes), piloto antiniebla trasero, faros halógenos y pre-equipo de radio.


El maletero tiene una buena capacidad de 338 litros pero formas poco regulares y un umbral carga bastante alto. El portón trasero se eleva bastante lo que permite cargar objetos voluminosos con suficiente comodidad, a cambio el cierre resulta algo recalcitrante necesitando de 2 o 3 intentos habitualmente.

Motor, prestaciones y consumo

El motor tipo ‘sierra’ del R-11 es un viejo conocido dentro de la marca. Tiene una capacidad de 1.397 cc, rinde 60 CV a 5.250 rpm con un par máximo de 10,4 mkg a 3.000 rpm.


Como se puede ver se trata de un motor con un rendimiento bajo en función de su cilindrada, algo muy en boga en Renault durante muchos años. Resulta muy agradable de usar, especialmente en regímenes medios. Los desarrollos del cambio pueden parecer largos para la potencia disponible pero casan perfectamente con el carácter del motor que no es amigo de los altas vueltas.

El consumo medio, como he constatado, es bajo en líneas generales quedando en 6,6 litros en conducción en carretera a ritmos normales de carretera y autopista. En ciudad se mueve en el entorno de los 10 litros, unas veces por encima y otras veces por debajo, según mis anotaciones se ha dado más veces la última situación.

Prueba dinámica


Como buen vehículo de los ochenta, el Renault 11 no es un coche que de problemas a la hora de circular en carretera. El comportamiento general es bueno pese a que sus suspensiones resultan bastante blandas. Esto genera importantes inclinaciones a la hora de abordar las curvas aunque no vayamos muy rápido, pero no pasa más allá de un ligero subviraje. En caso de forzar la maquina el subviraje aumentará pero menos de lo que parecía en un principio, el coche agarra bien y sin sorpresas. Los neumáticos de serie son unos 165/70-13 que aseguran un buen equilibrio entre el agarre y el confort.

El tacto del freno es correcto y muy dosificable, la potencia de frenada es todo lo buena que el bajo peso, los tambores traseros y la falta de ABS le permiten ser. La visibilidad es muy buena hacía delante y detrás, en el tres cuartos trasero se ve penalizada por el montante trasero. Los retrovisores son de tamaño mediano y permiten ver correctamente pero se desregulan con cierta facilidad.


El confort general es muy bueno, se traga bien la mayoría de los baches pero si los pillamos en apoyo la trayectoria pierde precisión aunque no de forma dramática. La dirección es suficientemente ligera en movimiento pese a que necesita 4 vueltas de volante para llevarla de lado a lado pero no transmite demasiada información de la carretera. En parado sí que resulta muy dura y cansina de manejar. Sin embargo su diámetro de giro es muy pequeño lo que nos ahorra esfuerzos de más en las maniobras.

La iluminación es bastante buena en este fase II, tanto en luz de cruce como en la de carretera. El nivel de ruido en el interior está menos cuidado que el confort de las suspensiones y si vamos rápido el motor resulta bastante ruidoso por encima del resto de ruidos de rodadura o aerodinámicos.

Opinión del probador


El Renault 11 en cualquiera de sus versiones es un veterano muy utilizable en el día a día. Sus consumos y prestaciones son razonables y la seguridad activa también. En el caso del R-11 GTL las prestaciones son suficientes para la circulación diaria en cualquier entorno pero es cierto que se quedan algo cortas si la orografía se complica.