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lunes, 20 de diciembre de 2021

Prueba: Skoda Octavia 2.0 TDi 150 CV

  

El nuevo Skoda Octavia aporta un diseño más elegante que el del modelo al que sustituye. Sus formas más equilibradas le hacen ganar en prestancia y en calidad percibida.

Prueba realizada en julio de 2013

Interior y equipamiento del Skoda Octavia 2.0 TDi Elegance

Como ya se comentó el nuevo Octavia destaca sobre los anteriores en el espacio para las piernas en las plazas traseras, ya no hace falta llevar el asiento delantero adelantado para que un adulto pueda acomodarse detrás  holgadamente. El espacio de las plazas delanteras es bueno pero no mejora tanto al anterior modelo, lo mismo se puede decir del maletero, es grande, muy grande, con formas muy regulares, pero frente al Octavia anterior la ganancia es de 30 litros (590 frente a 560 litros) que están bien pero no impresionan.

 Los acabados y materiales del salpicadero del nuevo Octavia son correctos pero no me parecen superiores a los de antes, sin embargo su diseño si que es más limpio y moderno. El cuadro de instrumentos es notablemente más atractivo y claro que el de su antecesor. Encontramos una ubicación de los mandos de los elevalunas en la puerta del conductor mejorables, ya que obligan a doblar demasiado el brazo hacia atrás para accionarlos, y la consola de la radio Bolero está hecha de un material muy propenso a atraer el polvo y mostrar las típicas gotas secas cuando no la hemos limpiado a conciencia.

 

El equipamiento en esta versión Elegance es muy extenso, con elementos de serie como: Faros de xenón, sensores de aparcamiento, retrovisores abatibles eléctricos, llantas de aleación de 17 pulgadas, sensor de lluvia y luces o el equipo de audio con pantalla táctil. Todo esto sumado a la dotación del equipamiento inferior: Ambition.

 Motor, prestaciones y consumo del Skoda Octavia 2.0 TDi 150 CV

Aquí es donde está el efecto diferenciador de esta prueba, no sólo respecto a la versión 1.6 TDi, sino también frente a la generación precedente ya que está bastante modificado respecto al anterior 2.0 TDi de 140 CV.


El propulsor desarrolla 150 CV a 4.000 rpm y 320 Nm entre 1.750 y 3.000 rpm, se puede apreciar que las cifras no ofrecen mucho más que el anterior 2.0 TDi, pero en la práctica tiene un funcionamiento muy diferente que os detallamos en el apartado siguiente.

Esta unidad cuenta con una caja de cambios manual de seis velocidades, con un tacto preciso y recorridos justos. Lo que no está tan ajustado son los desarrollos, que resultan excesivamente largos y ensombrecen el buen hacer del motor.

Las prestaciones oficiales son de 218 km/h de velocidad máxima y una aceleración de 0 a 100 km/h de 8,5 seg. Todo esto con un peso de 1.330 kg, algo más ligero que su predecesor.

En cuanto al consumo, la marca anuncia un consumo combinado de 4,1 litros a los 100 km, en nuestra prueba de consumo real el resultado fue menos espectacular aunque sí bastante bueno, se conformó con 6,2 litros a los 100 km.

Prueba dinámica del Skoda Octavia 2.0 TDi 150 CV

El motor de este Octavia tira muy bien desde bajas revoluciones (incluso con el climatizador puesto), pero no pierde ‘punch’ en la zona media del cuentavueltas y aguanta bien el tipo más allá de las 4.000 vueltas, donde ofrece la potencia máxima. Es poco rumoroso sobre todo comparado con los TDi inyector-bomba y mucho más suave. Pero los desmesurados desarrollos de su caja de cambios son capaces de poner en apuros a este brillante motor al entrar en alguna rotonda o salir de un ceda el paso, precisamente por la confianza que da el propulsor de que puede con todo y no consideremos necesario cambiar de marcha. No entiendo la elección de estos desarrollos si no es para la única tarea de homologar unos consumos espectaculares a velocidad mantenida, porque realmente no sirven para otra cosa.. Pero en Skoda han creído que estos desarrollos son los adecuados.

Y vamos ahora con el apartado en el que mayor influencia tiene el hecho de probar una versión con acabado Elegance o uno inferior.

Ya hemos dicho que va equipado con llantas de 17 pulgadas, pero si descomunales nos parecían los desarrollos del cambio, la monta de neumáticos no se queda atrás con una medida 225/45-17 que me parece fuera de lugar en este acabado (no en el futuro RS).

El comportamiento es bueno ya de base, como se dijo en la prueba del 1.6 TDi, pero el agarre disponible es mayor debido a los neumáticos y sus llantas de 7” de ancho. Tiene un paso por curva muy bueno, siempre que no queramos emular a Dani Sordo, y su eje trasero es inamovible. Esto tiene su contrapartida: El coche no resulta especialmente cómodo en baches, guardias tumbados y carreteras de segundo orden por el menor balón del neumático y su consiguiente menor absorción de las irregularidades. En mi opinión con las ruedas de serie en el acabado Ambition (205/55-16) no perdería mucho agarre y sería bastante más cómodo.

Los frenos me han gustado por su funcionamiento, siendo muy fáciles de dosificar gracias al buen tacto que ofrece el pedal. Y la dirección tiene un tacto firme sin resultar dura en maniobras y nos trasmite seguridad por su precisión y la información que manda al conductor.

Un aspecto que me parece interesante reseñar es que el eje trasero de este Octavia es un eje torsional similar al que llevaba la primera generación y no el eje multibrazo que se montaba en todos los modelos de la segunda. Esto no influye en el comportamiento general del coche a ritmos razonables y además hace posible el crecimiento del maletero, pero si Audi y VW lo montan en los modelos que llevan este motor, será por algo.

La opinión del probador

Me ha gustado mucho el nuevo Skoda Octavia, es un coche moderno, bien equipado, con un motor sobresaliente por rendimiento y poco consumo. Tiene un maletero envidiable y ahora también unas plazas traseras a la altura de lo esperado.

 

Además su precio de 25.700 € es respetable pero, si vemos a la competencia y lo que ofrece, no parece exagerado.