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viernes, 27 de enero de 2023

Prueba: Opel Insignia Sports Tourer 2.0 CDTi 140 CV

Prueba realizada en abril de 2015

El Opel Insignia cambia de cara por segunda vez desde su lanzamiento en 2008 aunque esta vez los cambios son algo más evidentes que la primera. Ligeras modificaciones en faros, pilotos traseros y paragolpes le intentan dar un aspecto más actual. Mecánicamente también existen cambios para aumentar la eficiencia de los motores. Interiormente se ha aprovechado para reducir el número de botones de la consola central y rediseñar completamente el cuadro de instrumentos como aspectos más relevantes.

Todos estos cambios afectan por igual a la berlina como al familiar (Sports Tourer) que es el probamos asociado al nuevo motor 2.0 CDTi de 140 CV. Esta será previsiblemente la motorización más vendida de la gama 2014.

Interior y equipamiento

La forma coupé del Insignia Sports Tourer ya deja adivinar que pese a su gran tamaño (4,91 m) el aprovechamiento del habitáculo no es la mejor cualidad del coche. En las plazas delanteras, como en la mayoría de las berlinas, no se echa en falta espacio en ninguna de las cotas. Tal vez la altura al techo se pueda criticar pero en este caso la presencia del techo practicable es determinante. Los asientos, de piel en nuestra unidad, son amplios y tienen múltiples reglajes tanto eléctricos como manuales a cambio su mullido resulta excesivamente duro. La ergonomía general es buena con dos excepciones, la posición algo retrasada del mando de los elevalunas en la puerta del conductor y la ubicación algo alejada de los botones de la zona superior de la consola central. En las plazas traseras no sobra espacio ni para las piernas, ni en anchura y mucho menos en altura, siendo esta medida la más afectada por la forma coupé de la carrocería antes mencionada. El maletero de 540 litros goza de formas muy regulares y bastante fondo pero pincha en altura disponible aunque este un defecto bastante camuflable en un familiar al poder recogerse la tapa del maletero. Decir que la rueda de repuesto en nuestro coche de pruebas era de tipo convencional aunque más pequeña que las que montaba.


El acabado general es bueno pero tiene algunas lagunas. Los plásticos duros ocupan mucho espacio en el habitáculo para tratarse de una berlina de este porte, y el módulo del apoyabrazos central delantero no es digo de un vehículo como éste, así de simple, producía ruidos al manejarlo y daba la sensación de no estar bien sujeto al cuerpo principal. Sin embargo, pese a esta crítica, no puedo dar parte de ruiditos raros lo que denota una buena terminación en el interior del Insignia.

La instrumentación es bastante completa, es analógica excepto el velocímetro que es digital aunque con aspecto analógico. Como suele pasar en estos casos se ofrece mucha información en un sitio pequeño lo que da cierta sensación de desorden. El ordenador de a bordo cuenta con un medidor de la calidad del aceite del motor, lo que puede ser muy útil si sus mediciones son correctas para cambiar el aceite en función de su estado y no de los kilómetros. La pantalla multifunción de 8 pulgadas cuenta con 4 formas de control, los mandos del volante, el sistema táctil, el control por voz y un ‘touchpad’ situado la lado de la palanca de cambios.

El equipamiento en estas berlinas generalistas con ambiciones no suele tener lagunas importantes en la dotación de serie. En el caso de nuestro Insignia con acabado Excellence incluye elementos como: 8 airbags, luces diurnas LED, reposacabezas delanteros activos, climatizador bizona, sensor de luces, función ‘Star & Stop’, conectores Aux y USB o llantas de aleación de 18 pulgadas. Sin embargo la mayoría del equipamiento opcional sólo está disponible si accedemos a paquetes que pueden tener elementos que no deseamos, lo cual encarece bastante la factura final. En el caso de  nuestra unidad de pruebas que incluía tapicería de piel, asistente avanzado de aparcamiento o control de crucero adaptativo el coste final subiría la factura en casi 4.000 euros.

Motor, prestaciones y consumo

El motor del Opel Insignia objeto de nuestra prueba es el ya veterano 2.0 CDTi convenientemente puesto al día en temas de consumo y emisiones. La potencia pasa de 131 CV a 140 CV a 4.000 rpm y el par máximo de 300 Nm a 370 Nm de 1.750 a 2500 rpm. Las prestaciones son suficientes sin más, desarrolla 200 km/h de velocidad máxima y tarda 11,0 segundos en acelerar hasta los 100 km/h.

En cuanto a consumos y emisiones la mejora oficial respecto al motor de 130 CV es importante, pasa de un consumo medio oficial de 5,3 a 3,9 litros a los 100 km y las emisiones de 139 a 104 gr/km. Como es norma general en nuestra prueba de consumo real la cifra no es tan baja y se queda en 6,2 litros a los 100 km, destacando sobre todo el consumo en carretera a velocidades legales donde menos influencia tienen los 1733 kg que pesa este Opel. A este consumo ayuda, en teoría, los largos desarrollos de la caja de cambios con una quinta de 52.8 km/h  y una sexta de 64.7 km/h a las 1.000 rpm.

Prueba dinámica

Este apartado tiene dos condicionantes muy claros, por un lado el elevado peso y por el otro los larguísimos desarrollos de la caja de cambios. Siempre se tiene la sensación de ir con una marcha de más engranada respecto a casi cualquier coche de potencia similar, lo cual no deja de ser molesto a la hora de moverse en un ámbito urbano. Es una pena porque el motor empuja con brío desde muy bajas vueltas hasta las 3.500 rpm a partir de ahí baja su rendimiento claramente. Me he encontrado más de una vez circulando en quinta a 80 o 90 km/h porque la sexta no puede mantener ese ritmo en cuanto la carretera apunta ligeramente hacía arriba ya que no supera las 1.500 rpm a esas velocidades. Seguramente en un Opel Corsa si se podría circular con esos desarrollos con algo más de desahogo pero el Insignia son palabras mayores. Al final se podría decir que es lo más semejante a montar una caja de cambios de 5 velocidades con overdrive como en los Volvo de los años ochenta.

La suspensión es bastante cómoda y la amortiguación sujeta bien el coche en la mayoría de las situaciones que no pasemos a la conducción muy al ataque, momento en el que el eje delantero mostrará su disconformidad y el ESP se encargará de cortarnos todo el rollo. El agarre disponible es muy elevado gracias a las anchas vías y a los anchos neumáticos de perfil bajo pero estos también son responsables de que en confort sea bueno pero no óptimo y de generar bastante ruido de rodadura. Siguiendo con el ruido tampoco el motor es manco a la hora de generarlo sobre todo en parado y a bajas velocidades una vez en autopista se funde con el aerodinámico y en antes mencionado de las ruedas. En esto si ayudan bastante los largos desarrollos del cambio.

La visibilidad es bastante buena hacía delante pero (otra vez) la forma de la carrocería en su zona trasera condiciona ésta en esa zona, siendo algo deficiente. Los faros de xenón proporcionan un haz de luz potente y clara pero, como es habitual con esta tecnología, las luces de cruce se quedan algo cortas con el objetivo de no deslumbrar al resto de vehículos que circulan cerca de nosotros.


Los frenos son buenos por potencia y estabilidad no así por el tacto del pedal que no transmite confianza en frenadas suaves y hace falta apretar mucho el pedal para disponer del mordiente adecuado. No quiero dejar de mencionar lo bien que maniobra el coche en garajes y espacios similares pese a su gran tamaño resultando superior en este aspecto a algunos monovolúmenes y SUV de menor longitud.

Opinión del probador

El Opel Insignia Sports Tourer me parece unos de los familiares más atractivos estéticamente dentro del segmento de las berlinas, sus líneas disimulan muy acertadamente su tamaño. Pero esto tiene su lado oscuro, también resulta poco practico para ser un familiar, no tiene muchos huecos por el habitáculo su maletero no es para tirar cohetes mirando su tamaño exterior. Pero con todo lo que menos me gusta de este Opel son los desarrollos elegidos para su caja de cambios que echa por tierra las prestaciones y también los consumos (sí, habéis leído bien) de su voluntarioso motor. Con unos desarrollos  un 10% más cortos se podría llevar la sexta marcha engranada durante mucho más tiempo en carretera, lo que beneficia claramente al consumo ya que tendríamos que recurrir menos veces a la quinta e incluso a la cuarta velocidad.

Para terminar el precio, los 32.750 euros de tarifa resultan bastante golosos, máxime teniendo en cuenta que existen descuentos oficiales lo que nos puede ayudar a hacernos con alguno de los rígidos packs que incluyen aquellos gadgets que queramos incluirle a nuestro coche y completar a nuestro gusto el equipamiento. El mayor rival del Insignia puede ser su hermano pequeño el Opel Astra Sports Tourer que es más barato (25.200 euros), menos pesado y más pequeño (4,69 m) por fuera, pero que por habitabilidad y maletero se queda muy cerca.

Prueba Autopista: Lancia Prisma 1.600